La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es una enfermedad respiratoria progresiva caracterizada por la obstrucción del flujo de aire y dificultad para respirar. La incapacidad permanente por EPOC, es, además, uno de los supuestos más frecuentes por los que se solicita la prestación de incapacidad permanente en nuestro país.

Esta patología, se clasifica en dos condiciones principales: la bronquitis crónica, que implica una tos prolongada con moco; y el enfisema pulmonar, que supone un estado más avanzado de la enfermedad, con daño a los alvéolos pulmonares. Ambas condiciones afectan a la capacidad de la persona para inhalar y exhalar adecuadamente, provocando síntomas como la disnea (asfixia), tos crónica y producción excesiva de esputo (flema). 

La EPOC es una enfermedad altamente prevalente en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a más de 384 millones de personas en todo el planeta y es la tercera causa de muerte global, por lo que, junto con el cáncer de pulmón, constituyen la primera causa de muerte evitable (fundamentalmente por tabaquismo). Según la OMS, se estima que más de 3 millones de personas mueren cada año debido a la EPOC, lo que representa aproximadamente el 6% de todas las muertes a nivel mundial. En España, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), se estima que aproximadamente el 10.2% de la población adulta padece EPOC.

Los efectos de la EPOC pueden ser debilitantes, y en sus etapas avanzadas, lleva a complicaciones graves como son: la insuficiencia respiratoria o disnea, y enfermedades cardiovasculares. Entre estas últimas, por ejemplo, los infartos, lo que puede llevar aparejado a su vez la solicitud de una incapacidad permanente por infarto, o patologías cerebro-vasculares como el ictus, cuyo diagnóstico y atención temprana resultan fundamentales para minimizar sus efectos. Lo que puede llevar aparejado, a su vez, reclamaciones por error de diagnóstico del ictus. Además, la EPOC también tiene un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes, afectando su capacidad para realizar actividades diarias y disfrutar de una vida social activa.

Tipos de incapacidad permanente por EPOC.

La Incapacidad Permanente, que consiste en una pensión a la que tendrá derecho el trabajador siempre que se acredite que padece una enfermedad o limitación grave e incurable (en este caso EPOC), que disminuya o anule su capacidad de trabajo, observa diferentes tipos o grados según cada caso.

Principales tipos o grados:

  • Incapacidad Permanente Total: la incapacidad permanente total para profesión habitual por EPOC, se otorgará al trabajador que, como consecuencia de la enfermedad, esté imposibilitado para desempeñar su profesión habitual pero, en cambio, sí puede realizar otros trabajos no necesariamente vinculados con la que es su profesión y los requerimientos exigidos por ésta.
  • Incapacidad Permanente Absoluta: la incapacidad permanente absoluta por EPOC, se otorgará cuando el trabajador no puede realizar ninguna actividad laboral debido a lo avanzado de la enfermedad (aunque puede existir alguna excepción).
  • La incapacidad permanente total cualificada: que consiste en una mejora económica de la pensión de incapacidad permanente total para profesión habitual, y que se tendrá derecho a disfrutar a partir de los 55 años de edad. La incapacidad permanente total cualificada, implica, por tanto, un incremento en un 20% de la cuantía de la pensión permanente total para la profesión habitual. Pero, para poder beneficiarse de dicho aumento, tienen que darse una serie de requisitos de obligado cumplimiento.

Requisitos para solicitar la incapacidad permanente por EPOC en España.

En España, los pacientes con EPOC que se vean impedidos en su capacidad laboral debido a la enfermedad, podrán solicitar una prestación por incapacidad permanente.

  • Requisitos par ser beneficiario de una pensión por incapacidad permanente.

Para poder solicitar la incapacidad permanente por EPOC, será necesario cumplir con ciertos requisitos médicos; como tener un diagnóstico de EPOC confirmado por un médico especialista en neumología, haber seguido el tratamiento médico prescrito, y haber alcanzado un grado de discapacidad que le impida el normal desempeño laboral.

Los requisitos podrán variar según el grado de incapacidad permanente y del tipo de contingencia, es decir, si la incapacidad se haya ocasionada por una enfermedad o contingencia común o, si por el contrario, tiene su origen en un accidente de trabajo o como consecuencia de una enfermedad profesional. En el caso de la EPOC, con carácter general se considerará como enfermedad o contingencia común, al ser consecuencia directa del tabaquismo (principal causa de muerte evitable en el mundo).

Debido a la complejidad que implica comprender la totalidad de requisitos exigidos por la seguridad social, si la solicitud resulta denegada por el INSS, antes de acudir a la vía judicial, se recomienda consultar previamente con un abogado especialista en incapacidad permanente.

No obstante lo anterior, y además de los requisitos estrictamente médicos, los requisitos más comunes son los siguientes:

  • No estar en edad de jubilación.
  • Estar dado de alta o en situación asimilada al alta.
  • Tener cubierto un tiempo mínimo de cotización que suele variar en función de la edad.

¿Qué especialidad médica trata la EPOC y cuáles son las principales pruebas diagnósticas para su detección?

La EPOC es tratada, fundamentalmente, por neumólogos, médicos especializados en enfermedades del sistema respiratorio.

Las principales pruebas diagnósticas par poder diagnosticar con precisión una EPOC son las siguientes:

Espirometría: es la prueba clave para el diagnóstico de la EPOC. Mide la cantidad y velocidad del aire que una persona puede exhalar, lo que ayuda a determinar el grado de obstrucción de las vías respiratorias. Un resultado con una razón FEV1/FVC inferior al 70% después del uso de un broncodilatador confirma la presencia de obstrucción del flujo de aire, característica de la EPOC.

Radiografía de Tórax: se utiliza para descartar otras condiciones que puedan estar causando los síntomas, como la insuficiencia cardíaca congestiva o neumonía. También puede mostrar signos de enfisema, una de las enfermedades que componen la EPOC.

Tomografía Computarizada de Tórax: Puede proporcionar una imagen más detallada de los pulmones. Útil para detectar enfisema y otras anomalías pulmonares.

Pruebas de Gases en Sangre Arterial: mide los niveles de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre. Puede ayudar a determinar la gravedad de la EPOC y la necesidad de oxigenoterapia.

Oximetría de Pulso: mide los niveles de oxígeno en la sangre de forma no invasiva. Utilizado para evaluar la necesidad de oxigenoterapia.

Prueba de la Marcha de Seis Minutos: evalúa la capacidad de ejercicio y resistencia del paciente.

Es importante recalcar que, cada paciente es único, por lo que el médico determinará cuáles de estas pruebas son necesarias para confirmar el diagnóstico de EPOC y evaluar la gravedad de la enfermedad para un tratamiento adecuado.

¿Cuáles son los tratamientos más eficaces contra la EPOC?

Los tratamientos para la EPOC, se enfocan en aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente, toda vez que, como su propio nombre indica, reviste un carácter crónico y no tiene cura. Los principales tratamientos incluyen:

Medicamentos broncodilatadores: ayudan a abrir las vías respiratorias, facilitando la respiración.

Corticosteroides inhalados: reducen la inflamación en las vías respiratorias.

Oxigenoterapia: aumenta los niveles de oxígeno en la sangre.

Rehabilitación pulmonar: incluye ejercicio, educación y apoyo psicosocial para ayudar a los pacientes a manejar su enfermedad.

¿Cuáles son las principales medidas profilácticas contra la EPOC?

La medida más importante y definitiva para prevenir la EPOC es dejar de fumar. Otras acciones notables incluyen evitar la exposición a irritantes pulmonares, como el humo del tabaco, la contaminación del aire y el polvo. Además, las vacunas contra la gripe y el neumococo son importantes para prevenir infecciones respiratorias que pueden agravar la EPOC. El ejercicio regular (en función de las posibilidades del individuo y grado de la patología) y una dieta equilibrada también son fundamentales para mejorar la salud general y la capacidad respiratoria de la persona.

Finalmente, quisiéramos hacer énfasis en que, los procedimientos para el reconocimiento de incapacidades son supuestos altamente complejos, por ello, se requiere siempre del asesoramiento de abogados especialistas en incapacidades,  con reconocida y dilatada trayectoria profesional.

¿Me pueden despedir del trabajo por padecer EPOC?

Puede darse la circunstancia de que, como consecuencia de la enfermedad, acontezca una ineptitud sobrevenida (de tipo física o psíquica) que impida al paciente el normal desempeño para su actividad profesional, éste es uno de los supuestos previstos por la norma para el despido objetivo.

No obstante, debemos de tener en cuenta que, de acuerdo con la doctrina de nuestros tribunales, la ineptitud sobrevenida requiere que se haya producido un cambio en las capacidades del trabajador, dicha ineptitud, además, deberá de ser real y efectiva, sin que baste una mera disminución en el rendimiento del trabajador. A su vez, el empleador deberá de haber adoptado todas las medidas necesarias para solventar la situación, como por ejemplo, el cambio de puesto del trabajador. 

En definitiva, en todos estos casos, el empleador deberá de cumplir con los requisitos establecidos en la legislación laboral para el despido objetivo, entre ellos: la notificación por escrito, el preaviso y la indemnización que corresponda. Si dicha ineptitud sobrevenida (por alteración de las capacidades físicas o psíquicas del trabajador) no fuese real y efectiva, o se hubiese hecho incumpliendo con algunas de las obligaciones formales que marca la ley, el despido podrá impugnarse y ser considerado como improcedente.

En estos casos, y antes de proceder a la impugnación, siempre aconsejamos asesorarse con abogados especialistas en despidos para poder recibir el mejor consejo jurídico posible.

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